07/04/2013 Patrick Cockburn en el diario británico THE INDEPENDENT:
El segundo aniversario de la intervención de la OTAN a favor de los rebeldes libios y en contra de Muamar Gaddafi ha pasado casi desapercibido para los gobiernos y medios extranjeros que tan preocupados estaban en 2011 por la seguridad y los derechos humanos del pueblo libio. Esto no debería sorprender ya que a todas luces Libias se está desmoronando como país y los libios están a merced de las milicias que explotan a aquellos que antes afirmaron proteger.
Una muestra de las noticias que llegan de Libia en las últimas semanas nos ofrece una visión de lo que está ocurriendo y vale la pena repetirlo porque lo ignora totalmente la prensa extranjera que antes abarrotaba los hoteles de Bengasi y Trípoli. Por ejemplo, el domingo pasado [31 de marzo de 2013] el jefe de personal del primer ministro Ali Zeidan desapareció en la capital y parece que ha sido secuestrado. Es posible que haya sido en represalia por la declaración de ministros del gobierno de que las milicias actuaban impunemente. Ese mismo día, uno grupo de la milicia irrumpió en el ministerio de Justicia exigiendo la dimisión de ministro después de acusarle de dirigir una cárcel ilegal.
Todo indica que la situación está empeorando en vez de mejorar.
(…)
Hay un fuerte contraste entre esta falta de interés y la exhaustiva cobertura sobre Libia durante la guerra. En la primavera de 2011 yo estaba informando sobre los combates en torno a la ciudad de Ajdabiya al sur de Bengasi. Había una cierta atmósfera de guerra falsa que no aparecía en los entusiastas reportajes. Recuerdo haber observado divertido en la entrada sur de Ajdabiya cómo se colocaban los cámaras de televisión para no revelar que había más periodistas que insurgentes.
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